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Crazy People (Gente Loca o Loco, loco pero no tanto) de Tony Bill · Un ejecutivo publicitario muy estresado (Moore) propone decir "la verdad en publicidad" y para variar es rápidamente es recluido en una institución mental. Allí se encuentra con una rubia chiflada (Hannah) y varios pacientes a cada cual más loco, con los cuales forman una pequeña boutique creativa. Lo que sucede despues resulta absolutamente demencial, ya que la gente queda completamente fascinada por el nuevo estilo de publicidad. Les encantaran los slogan publicitarios que desarrollan.

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COOL HUNTERS

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Cuantas veces SURGE LA PREGUNTA : ¿quién decide lo que se va a usar?
La respuesta a esta duda casi existencial es simple: los coolhunters, UNA SERIE DE INDIVIDUOS DEDICADOS a la observación y predicción DE CUANTA tendencia ESTÉ FLOTANDO EN EL AIRE. Elos dictan qué es lo que SE DEBE DESEAR, COMPRAR Y USAR.
Nada está librado al azar, todo está observado, calculado, analizado y procesado. Y PENSAR QUE el hombre del siglo XXI IBA A SER Libre de decidir por sí mismo!

Los Coolhunters son nuevos profesionales que se dedican a la observación, predicción y cacería - de ahí el nombre- de todas las nuevas tendencias. Una de las primeras apariciones del término fue en un artículo publicado en The New Yorker titulado “The Coolhunt ¿Quién decide lo que es Cool? Determinados chicos en determinados lugares y sólo los coolhunters saben quiénes son”. Fue en 1997 y describía el trabajo de una de sus precursoras: DeeDee Gordon.
Hoy en día, el coolhunting se transformó en una de las especialidades más requeridas por industrias dedicadas a la moda, al arte, la tecnología y la gastronomía. Nace de la necesidad de las grandes empresas para estar al día con las tendencias y así poder satisfacer las distintas exigencias de su clientela.

Muchos Coolhunters son jóvenes y suelen trabajar para empresas, agencias de publicidad, de investigación y para Laboratorios de Tendencias.
Uno de los laboratorios más importantes es el Future Concept Lab (en Milán) y se dedica al marketing y a las tendencias relacionadas al consumo. Trabaja para grandes firmas como Coca Cola, Nokia, Swatch, Levis y Nike, entre otras. Su objetivo consiste en detectar futuros fenómenos culturales para sus clientes empresarios. En la actualidad, ya cuenta con más de 50 coolhunters en ciudades alrededor
del globo, como Buenos Aires, Nueva York, Tel Aviv y San Pablo.

“El coolhunting es una disciplina bastante nueva en las ciencias sociales y consiste en la detección de patrones de consumo y emergentes culturales. Es importante porque en conjunto con otras disciplinas más formales como la sociología o la antropología, puede aportar puntas de innovación. El mercado requiere ideas e innovación. El cazador de tendencias tiene un rol protagónico a partir de desarrollar habilidades
de detección, edición e involucramiento con el entorno”, explica Ximena Díaz, Directora Socia de Trendsity, quienes hace más de tres años forman a Coolhunters.

Desde www.coolhunter.net, donde se puede encontrar las últimas tendencias en diseño, moda, arte, música, viajes y lifestyle, se propone una definición sobre el trabajo del Coolhunter: “Nosotros nos mantenemos adelantados y fuera de las trends y modas actuales que cambian, constantemente, en estilos y gustos. El coolhunter cava más profundo. Busca los iconos del mañana. El coolhunter es un valioso punto
de referencia para una comunidad creativa global”.

Estos sabuesos se dedican a rastrear “lo que se viene”. Son una especie de adelantados que se dedica a “predicar” qué va a ser Cool. “Es una suerte de ‘antena y un radar’, porque cazar tendencias implica detectar patrones y prácticas
emergentes, manifestaciones de lo latente en la sociedad, en la cultura: nuevos movimientos sociales, nuevas formas de comunicación e interacción, nuevas conductas, nuevos usos del consumo y de las marcas”, explica Díaz.
En la revista Time se explica cómo un coolhunter puede detectar cuál va a ser la próxima gran tendencia. El procedimiento es simple y no se necesita ser ningún Nostradamus.

Según la teoría, está la gente cool – desde el marketing se los considera los Consumidores Alfa- que habla, come y se viste de determinada manera. Ante estos comportamientos, el resto de la gente comienza a emularlos. Entonces,
sólo bastaría con poder identificar a esos Consumidores Alfa para pode detectar cuál será la próxima moda.

Para ser un coolhunter es indispensable estar actualizado y poseer una sensibilidad especial para captar las tendencias. Además, se debe tener una supuesta mirada neutral de la sociedad a la hora de la recolección de la información.

También, es importante contar con algún estudio en Ciencias Sociales “para aportarle valor a lo que se ve, para poder detectar las raíces o las causas de lo que observa, sino sería un simple anécdota”, aclara Ximena Díaz.
Sin embargo, surge una pregunta: ¿cómo trabaja el coolhunter? Generalmente su trabajo es en la calle, una vidriera perfecta. Muchos salen con anotador y cámara en mano.

Pero no siempre es así. Como explica Díaz: “es cierto que tiene que visitar y observar distintas manifestaciones culturales, por lo cual es frecuente que esté en la calle. Lo de la cámara y las notas es un poco mito pero la realidad es
que debe registrar de algún modo lo que ve. El trabajo varía mucho según cuál sea la necesidad, no es standard”.

En cuanto a los métodos y las prácticas de los cazadores se pueden ejemplificar tres modos: Focus group, Coolhunters Encubiertos y Coolhunting Online. La primera, utilizada habitualmente en marketing, es bastante popular entre los coolhunters ya que permite tener un acceso directo a las opiniones, ideas y gustos de las personas.

El “Encubierto”, por su parte, localiza a un líder o trendsetter dentro de su
grupo de investigación y lo “contrata” para transformarse en un “coolhunter encubierto” entre su grupo de pertenencia.
Por último, el Coolhunting Online suele trabajar por medio de encuestas, foros o chatrooms, y así obtener la información necesaria. Todo vale para descubrir cuáles son las contraseñas de pasado mañana.

tipo, nada!
SEGÚN PASAN LAS MODAS

2004 Culottes bajo jeans amplios de tiro bajo. El estilo es “Naif Romántico”. Aparecen los brillos labiales de sabores (tutti fruti, melón, frutilla) y los relojes con cuadrantes enormes.
Se propone un maquillaje natural. Hay que comprarse el I-Pod. El color es el gris.

2005 Pelo rebajado. La tendencia es "Hippie Chic”. Cremas autobronceantes. Explotan
los sms, y se desata la fiebre de los accesorios de telefonía: fundas, correas, colgantes. La temporada marca los tonos Camel.

2006 Flequillo de coté. Remeras con inscripciones en italiano ("Siamo Fuori”) y leggins debajo de la pollera. Vuelven las “maxigafas” de sol y las botas texanas. Pico de popularidad para mp3 y ringtones. Las web es Youtube. ¿Colores? El bordó, of course.

2007 Flequillo Araceli. Vinchas. Sweaters largos con escotes pronunciados Remeras
punkies para chicas. Reverdecen los vestidos entallados y las calzas. Carteras gigantes. La onda es tomar aguas saborizadas. Boom de los blogs. La era del rosa.

2008 El regreso del jopo. La hora para ponerse chupines y ballerinas. Tiro alto hasta
la cintura. Camisolas y remeras XL. El ítem del año es el impermeable (Trench Coat). Todos con Facebook. Y mucho violeta.

Uncool is the new cool

Inspirado por la frase de Salvador Dalí, “la moda es lo que no está de moda”, Javier Lourenço decidió crear una nueva disciplina: The Uncoolhunting. La idea
surgió en 2005 cuando trabajaba para “El Cielo”, la agencia publicitaria de Agulla y Baccetti. “Empecé a investigar y me di cuenta que el coolhunting mostraba
sólo una parte de la tendencia. De allí surgió esta nueva disciplina”, relata Javier. A partir de su creación, The Uncoolhunting empezó a sumar adeptos hasta
convertirse en una web (www.theuncoolhunter.com), y hoy cuenta con 60 colaboradores en todo el mundo.
El manifiesto del portal es claro: se rinde rinde culto “a lo extraño, lo bizarro, lo kitsch, lo caro venido a menos”. Lourenço agrega: “Hay muchas cosas que los
observadores de tendencias dejan en el tintero. Sólo para dar algunos ejemplo podemos citar el Tour por la Villa 31, que se ofrece a extranjeros por u$s 100, y
los libros de Eloisa Cartonera (hechos por cartoneros) que se venden en Palermo Hollywood”. Y amplía el concepto: “Somos observadores de la no tendencia,
lo que surge de los márgenes de la cultura. La modalidad de trabajo es similar a la disciplina del coolhunting, pero el objeto de estudio es el opuesto”.

Articulo tomado de la revista Watt · Buenos Aires - Argentina.

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